lunes, 13 de octubre de 2008

La mujer y el robot

Ha pasado tiempo desde que te conocí,
nunca creí que llegara a pasar lo que pasa.
Rumores es lo que la sociedad dice,
de la verdad me estoy enamorando.

Lo único que veo es tu interior,
a pesar de tu perfecto paisaje,
tu esencia es lo que me mata.
Tu alma es lo único que
permite que mi llama interna,
caliente una pequeña parte de
mis glaciales internos.

Tu carácter es el puente
entre mi razón y emoción.
Ahora el cielo llora por mí,
las lágrimas que una vez
desbordaron las presas de
mis ojos por la búsqueda de la verdad,
se encuentran en una
sequía interminable.

Pero tú, solo tú, eres la única
que puede volver a encenderme.
Solo tú sabes manejar los botones
Y palancas para devolverme a mi trópico.

Pero tú, solo tú, conoces los comandos mágicos
Para poder convertirme de un robot azul frío
en un erróneo ser humano.

La verdad, es lo que
me ha dejado así.
Mi visión, fue quien encadenó
mis más íntimos impulsos.
Todo se volvió cuadrado.
Pero tú, solo tú, lograste que
apreciara la existencia de un círculo.
Solo tú me impulsaste a volver a intentarlo.
Desde el principio me recibiste,
Sobretodo escuchaste.

Por ti nacen una vez más estos versos.
Por ti suelto un poco las cadenas que aprisionan mi llama.
Por ti, desfragmento una vez más mi disco duro.
Por ti, reprogramaré mi sistema operativo.

Josef Grenz Meza.
Ingeniería en Sistemas Computacionales, 1er Semestre.
ITESO.

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